FORMAS MODOS Y MANERAS

En estos tiempos que nos ha tocado vivir las formas, los modos y las maneras han dejado de ser importantes y a veces tu interlocutor, o agresor verbal según se mire, cree que es inteligencia su mala educación. Lo malo es que esta fea costumbre a calado muy hondo en todas las clases sociales y es potenciada por los medios de comunicación.

Cualquier don nadie con una chepa de basura a sus espaldas que supera en altura a los macro vertederos de las grandes ciudades, se cree con derecho de evaluar moralmente al más pintado.

Se dice... Se cuenta... Se rumorea... Se pretende que la víctima más o menos famosa lave sus miserias en publico, como si la vida sexual de una señora o señor influyera en su modo de hacer profesional. Aquí o acá como queráis se puede hacer una profesión de unos cuantas relaciones sexuales compartidas con el famoso@ de turno, para las que entráis de fuera os aclaro que no hablo de prostitución sino de tevisión.

El famoso o la famosa lo es por el único merito de haber estado casado, en noviado o liado con el famoso y vive durante años de exponer en publico las miserias reales o imaginarias no solo del que compartió su tálamo sino las de su familia y amigos, esto se traduce en unas guerra de demandas judiciales, que convierten a los jueces en "fans obligados de estos personajillos" al tener que visionar los programas como parte de la prueba.

Dentro de unos años cinco o seis a más tardar, las victimas reciban si procede algún resarcimento económico de alguna de las muchas demandas que se ven abligadas a entablar, pero da igual porque el dinero que habrá generado la cadena televisiva y el famosillo en cuestión hace que la indemnización resulte una pequeña comisión. La justicia en nuestro país parece actuar en esto con la máxima de:"Las piedras y los palos pueden herirte pero las palabras no"