Bueno concretando, que de esta guisa y talante, me he ido, al Auchan (que es como llaman los franceses al Alcampo) en busca de unos rabanitos con los que mitigar mi dolor. Pero iba a ser que no. ¡¡¡¡No había rabanitos!!!! Y yo con un mono, que ni os cuento. Pero es que desde que he venido de Francia, me he convertido en una adipta a los rábanos: Buenísimos, largitos, a los que ponen un poco de sal y acompañan con pan y mantequilla.
Me he quedado sin rábanos por culpa de la huelga de transporte.
No se si lograré superarlo
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